Seguimos el Ciclo de reestrenos el viernes 21-08 con una de las voces más provocadoras de los 2000, desmarcada del mainstream pero jugando en las ligas más populares. Y es que Amy Winehouse fue el torbellino que sacudió los 40 Principales de forma directa y colateral, pues aparte de sus temas más famosos, aún cuando ya de por sí eran controvertidos, tuvo muchos más que no llegaron a las listas de números unos y doses, pero que la gente que la escuchaba en esas frecuencias descubría luego por sí misma.
Una chica del Londres bajo que tuviese la voz como si fuese hija de Womack & Womack, un piquito sin tapujos como el de Nina Simone y una vida como la de Billie Holiday solo podía resultar en lo que conocemos como Amy Winehouse. Su conflictiva y extraordinaria vida parece desvelarse en este documental, pero es prestando atención a sus canciones donde se descubre su verdadera alma, sus gritos de ayuda, sus anhelos y hasta las discusiones con su dealer. La mala fama la llevó por los caminos que todos conocemos, desencadenando un único e injusto final posible para la chica de barrio más honesta que hubo en los 2000.
Como decía Bill Withers: I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know, I know.
Sinopsis:
Documental sobre la famosa cantante británica Amy Winehouse, que cuenta con imágenes inéditas de archivo y entrevistas con la malograda estrella, que murió en julio del 2011 a los 27 años de edad por parada cardíaca consecuencia de sus excesos con las drogas y el alcohol, adicciones agravadas por su bulimia. Amy Winehouse, ganadora de 6 Premios Grammys, se vio desde muy joven afectada por el divorcio de sus padres. Tenía un talento natural para el jazz y el soul y una voz prodigiosa que pronto la hizo una estrella mundial a pesar de lanzar sólo dos discos, pero la fama, la prensa sensacionalista, los intereses de la industria -y de su entorno- y su turbulento amor con el que fue su pareja Blake Fielder-Civil la condujeron finalmente a su trágico destino en su piso de Camden, Londres.