Gilda Love -y Eduardo, quien se esconde tras sus coplas y pelucas- fue un transformista del Raval que durante los años 70 y 80 brilló en los escenarios y hoy vive en el más profundo olvido lidiando con las facturas, el abandono y la marginalidad.
El documental de Enric Ribes, Cantando en las azoteas, conforma un retrato íntimo del ocaso de la vida de una persona que luchó por los derecho LGTBI cuando más peligroso y arriesgado era. Cuando defendían su identidad con su vida.
Un ejercicio cinematográfico íntimo plagado de orgullo y honestidad. Un homenaje enternecedor a las personas mayores LGTBI. N hay que olvidar nunca que lo que somos hoy es gracias a lo que defendieron ayer.
Compartir