En CineCiutat nos llena de orgullo cuando llevamos el nombre de Baleares por el mundo; también cuando podemos llevar nuestra programación y nuestra forma de hacer las cosas a las otras islas; o cuando lo llevamos más cerca, sintiéndonos como en casa en Pollença (¡hola, Club Pollença!) o cualquier otro pueblo de Mallorca; o cuando venís desde cualquier rincón de la isla, por cerca o lejos que esté. Pero, aunque todo eso nos haga muy felices, hay una cosa que nos hace hinchar el pecho y levantar la cabeza: ser de barrio. De NUESTRO barrio.
Los que nos conocéis sabéis que nos encanta nuestra casa; que hacer cine y cultura entre estos muros asalmonados del siglo XIX es un privilegio que no olvidamos y del que intentamos estar a la altura; pero también que vivir en nuestro querido Escorxador ha sido difícil, duro (y caro) y en muchas ocasiones una sombra amenazante a la continuidad del proyecto que nos hacía preguntarnos si realmente era nuestra casa.
Hoy, 10 años después de plantarnos en las puertas del antiguo Renoir para no quedarnos sin cine, después de 10 años de sombra, podemos decirlo: estamos en casa.
El pasado 27 de julio el Ayuntamiento de Palma aprobó en Consejo de Gobierno la firma de un convenio con Associació Xarxa Cinema en el que cedernos los locales de s’Escorxador durante los próximos 10 años.
Gracias a Alcaldía, a la Regiduría de Cultura y a la de Participación y, sobre todo, a las personas que las componen (y las que no) que llevan meses (y años) trabajando para llegar hasta aquí.
Siempre hemos dicho que los ciudadanos llevan 10 años demostrando su compromiso por CineCiutat. Ahora será un honor trabajar para seguir a la altura de este reconocimiento de Ciutat al esfuerzo de esos ciudadanos; para seguir y crecer en el camino de la cultura entendida como herramienta de cohesión, de participación ciudadana, de dinamizador social y de sostenibilidad medioambiental. Y el primer paso de esta nueva etapa en el camino empieza donde comenzó todo: en nuestro barrio, en s’Escorxador, en nuestra casa.